Nuestro compañero de tareas y columnista, el Profesor LUIS ALBERTO CATTAROZZI (Prof. de Educación Física), nos propone un segmento especial cada martes en la radio...y síntesis de esas charlas en este blog.
¿PORQUÉ GASTAR TIEMPO Y DINERO EN DEPORTES?
Permanentemente escuchamos y leemos consejos de políticos de todos los niveles e ideologías, médicos, profesores de Educación Física y podríamos seguir con la lista, acerca de los beneficios que brinda la práctica de la actividad física organizada y metódica, no solo para los niños y jóvenes sino para todas las edades. Esta idea no es nueva, debemos retornar a finales del siglo I o principios del II para encontrar un antecedente en la archiconocida y reconocida frase del poeta romano Décimo Junio JUVENAL: “Men sana in córpore sano”. Pero, cuáles serías esos beneficios? Seguramente nadie está en condiciones de mencionarlos a todos, pero es posible destacar al menos algunos en esta que intenta ser la primer nota de una serie, preferiblemente ligadas al tema de hoy.
La actividad física regular favorece la capacidad de distintos sistemas del cuerpo humano para que cumplan con la función para la que fueron creados; no debemos caer en la simpleza de pensar que hay que entrenar para poder mejorar un salto, correr más rápido, soportar una actividad prolongada, adquirir o mejorar las capacidades específicas de cada deporte y de ésta manera lograr mejores resultados en el elegido; una simple caminata diaria, atendiendo las características de cada uno, podría ser suficiente para mejorar la calidad de vida.
Hago especial mención a un problema fisiológico muy nombrado últimamente, especialmente por cierto sector de la industria alimenticia: “el tránsito lento”; seguramente los productos ofrecidos son un elemento importante en la lucha por combatirlo, de hecho muchos médicos los recomiendan a sus pacientes, pero también es cierto que un buen plan de ejercicios en no mucho tiempo contribuirá a mejorar el funcionamiento de todo el aparato digestivo, incluso en la ansiedad de comer; este es otro punto importante, todos alguna vez nos sorprendimos cuando nos enteramos de lo que comen los deportistas de alto rendimiento diariamente, atendiendo a esto puede tener cierta lógica pensar que si hacemos ejercicios vamos a comer más y no sería bueno; en rigor de verdad, la regularidad de la actividad física adecuada a cada uno regula las “ganas de comer” a la verdadera necesidad del organismo contrarrestando de esta manera la ansiedad producida entre otras causas, por cuestiones sicológicas.
En este punto de la lectura se podría cuestionar la coherencia de la presente ya que una caminata o una rutina de ejercicios no puede ser considerado como un deporte; piense Ud. que para una persona de avanzada edad con lógicos problemas de salud caminar unas pocas cuadras puede ser igual de exigente que el más duro entrenamiento para un deportista en su plenitud.
Para el caso de los niños y jóvenes la práctica de uno o más deportes tiene una gama más amplia de beneficios en lo físico y lo social –la iremos tratando en nuevas oportunidades- que hace que sean necesarias las inversiones para promoverlos y facilitarlos, estas inversiones no deben caer solo en la responsabilidad de los distintos estados (aunque sean los más obligados a hacerlas), también las asociaciones civiles, organizaciones de salud (públicas y privadas), y la sociedad en su totalidad deben apoyar la superación de ofertas, en especial los que deben invertir son los padres que, aunque no tengan posibilidades económicas, seguramente tienen la posibilidad de acompañar y estimular, de hecho es justamente esta pata la que en gran medida permite la existencia de las “escuelitas” y de las “categorías formativas” o “inferiores” en diferentes clubes y barrios.
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